-Cuando termino el show, estoy
solo un momento porque los técnicos todavía no bajaron; el público todavía está
vaciando la sala, se han parado tres, cuatro, cinco veces a aplaudir (eso es
técnica también, ¿no?) y escucho los tacos
de Nora que baja del sonido y, entonces, siempre el mismo decir de Nora y la
misma respuesta mía. Ella, "¡ah!
¡diez puntos!" y yo, "¿seguimos un poquito más?". Pero estas
tres últimas veces cambié el verso.
-¿Si?
-Sí. Ahora es: "está lindo
para dejar". Las tres veces le dije igual: en Sevilla, en Galicia y en
Salta. Está lindo para dejar.
(El 1 de noviembre cumplí un sueño: pasar una tarde en casa de René Lavand.
De allí, de ese momento mágico, vienen estas palabras)
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