Cuando los que tocan bien se juntan

Lo primero que uno piensa es: "cuadra, la combinación funciona". Jazz del muy bueno y la magia de Pablo Zanatta.

Quizás Pablo esté hecho de ese mismo material del jazz, del buen jazz, o por lo menos está envuelto por ese mismo halo de sofisticación, de culto, de perfección técnica, de pasión. La Magia como arte escénico es invasiva, requiere del público, lo hace trabajar e 'invadir' el escenario. La música en vivo, no. Sin embargo, su modo de ser, su magia, su presencia y seguridad hacen que todo esté en equilibrio y que uno piense que cuadra, que la combinación funciona.

Pero y la improvisación; y ese grito (canto) de libertad que principalmente distingue al jazz, ¿cómo se ve en Pablo?, preguntaran algunos. Y yo respondo: a ese muchacho calmo, de voz pausada, de palabras justas, de pensar antes de hablar, le bulle la sangre por dentro. Le quema la pasión, la cabeza le va a mil, las manos no le alcanzan para tomar todo lo que quiere tomar, el cosquilleo le invade constantemente pero el proceso va por dentro. Y como ese 'dentro' es muy, muy profundo, hay mucho de eso por ahí. Pero lo controla, lo dosifica, lo racionaliza, tiene la paciencia del sabio.

Esa paciencia que hizo que llegara el día en que en un lugar de culto como "Jazz and Pop", en el 'club', 'antro', 'espacio' de lo mejor del jazz de nuestros lados, en el Blue Notes argento, haya magia de la mejor que se puede ver. Para alguien como Pablo, con esa calidad, con ese amor por la música, con ese perfil bajo y cautela, es algo muy merecido. Un gran paso para él y un pequeño y sólido paso para el mundo de la magia. Porque la Magia necesita verse en otros lados, en otros ámbitos y contextos artísticos. Necesita alimentarse de públicos con otras inquietudes, degustadores, amantes.

Pero cuidado, él no lo hace por eso. Me jugaría a decir incluso que eso de la legitimación de la magia de la forma en la que lo estoy dando a entender le parece vacuo, innecesario. Lo hace por él mismo, por amor, por pasión.

Por lo mismo que lo hace un buen músico de Jazz.