De chicos, pre adolescentes, muchos sueñan con jugar a la pelota en su club preferido, hacer un gol de media cancha, uno como el del Diego o, por lo menos, esquivar las patas del defensor y clavarla en el ángulo. Y que ese gol saque campeón al equipo y Victor Hugo lo grite en la radio.
Yo nunca fui muy ducho en cuestiones deportivas (por no decir nulo). Siempre quise ser mago. Para mí, meter la pelota en el ángulo, hacer el gol del campeonato era ir a las Jornadas Cartomágicas de El Escorial y que el propio Juan Tamariz fuera el que me invitara.
Hace cuatro años aproximadamente, en una reunión en la casa de Alan Marchese, Tamariz me mira y me dice: "Y? cuándo vas a ir al Escorial". Chan! Casi paralizado balbucee algo como “me encantaría, espero que sea el próximo”.
Pero no pudo ser, tampoco el siguiente ni el siguiente. En el transcurso, una o dos veces que me crucé con Juan por aquí me decía “Y? Cuándo?”. Yo, más ganas, más 'presión'.
Acabo de esquivar a los defensores y espero clavarla al ángulo. Es que acabo de comprar los pasajes y por primera vez en mi vida iré a las míticas jornadas de El Escorial. Cuando lo haga voy a apretar los puños y en un grito cerrado diré: Gol Carajo!
...Después, besaré la camiseta que, por supuesto, tendrá la foto de mi familia.
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