Otra vieja reseña sobre un interesante libro. Walter Jeans, Ilussioneer de Peter Warlock ("Magic Word" Editions). Prácticamente, el libro está basado en una autobiografía que escribió el propio Jeans (en verdad, Walter Janes) y que Peter Warlock tiene en su colección. Esa autobiografía fue el resultado exagerado de un pedido que le hiciera Will Goldston para su libro “Further Exclusive Magical Secrets”. Digo exagerado porque Goldston le pidió algunas líneas y Jeans se despachó con cien páginas manuscritas. Esas páginas editadas junto con más información sobre su vida y efectos aportados por Warlock constituyen el libro.
Entre estos últimos están ‘The Silver Hat’ y ‘The Millon Dollar Mistery’. En el primero de ellos, una galera de acero plateada es mostrada completamente vacía y colocada sobre una mesita en el centro del escenario. Inmediatamente el mago comienza a sacar de su interior cientos de elementos que, como alguien dijo, “es imposible recordarlos a todos”. Seis u ochos macetas con flores, cuatro lámparas enormes, dos botellas de cervezas que son servidas en los vasos también producidos de la galera, varios sets de bowls, platos y pelotas de trapo. El Misterio del Millón de Dólar era similar, solo que en lugar de la galera era una caja lo que se colocaba sobre la mesa. En ambos casos el método era el mismo y las posibilidades de presentación eran infinitas. Este último efecto fue presentado, especialmente, por P.T. Selbit, Carter, Chefalo, Thurston y alguno de los descendientes de los Maskelyne. Sé también que Doug Henning lo presentó en uno de sus especiales y que, hace unos años, Mike Caveney lo presentó en una de las Conferencia de Historia de La Magia en Los Ángeles.
Personalmente, me interesó mucho saber que Jeans fue el creador de “La Cama de la Muerte”, ese efecto de pseudo-escapismo en el que el mago es atado a una 'mesa' y sobre él cuelga una ‘parrilla’ con enormes púas que podría penetrarlo de lado a lado. “The Dead of Cora”, es el nombre que Jeans eligió y es verdaderamente atrapante saber cómo lo presentaba originalmente. Por lo general, se cierran las cortinas, le suceden unos segundos de tensión por el intento de escape, las púas caen violentamente, se aguardan más segundos suspensivos y al abrirse las cortinas, el ilusionista está encima de ellas sano y salvo Jeans, sin embargo, hacía lo siguiente: colocaba a su asistente dentro de una bolsa de tela, la ataba a la mesa y con la cortina cubría todo. De repente, las púas caían estremeciendo a todos, segundos de silencio, las púas, vuelven a subirse, la cortina se abre y ... todo en orden: la mujer aún dentro del saco, aparentemente viva, sin daño alguno. De inmediato, volvía a cerrarse la cortina, se dejaban caer de nuevos las púas y al volver a abrirse la cortina la escena era diferente: hilos de sangre penetraban la bolsa. Nuevamente los asistentes cerraban las cortinas y cuando la abrían se vislumbraban ‘hombros y cabezas de una figura demoníaca sosteniendo la cabeza de la asistente de los pelos’. Presentación al mejor estilo Richiardi Jr.
Por lo que se intuye Jeans era habilidoso y un gran creador pero no muy buen performer y con no tanto criterio artístico (digamos no muy buenas presentaciones para buenos métodos). Es maravilloso leer, por ejemplo, cómo llegaba a presentar un efecto de escapismo poniendo en riesgo su vida con una bomba. Lo genial, lo más increíble de todo es que , para comprobar que era genuina, ¡la daba a revisar!.
Un creador que merecía, sin dudas, este reconocimiento.
Walter Jeans, Ilusionieer puede volver a conseguirse luego de años sin edición.
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