El "Martín Fierro" es el libro emblema de la literatura gauchesca y, podría decirse, argentina. Por importancia y épica, sería nuestro Quijote.
Es una obra en verso escrita por José Hernandez y narra el destino de Fierro, un gaucho matrero (rebelde) pobre y valiente que es reclutado por la milicia para defender la frontera de los indios. Cansado del maltrato y la injusticia el gaucho se vuelve desertor. Al volver al rancho, no encuentra ni familia, ni rancho:
Tuve en mi pago en un tiempo
hijos, hacienda y mujer,
pero empecé a padecer,
me echaron a la frontera
¡y qué iba a hallar al volver!
tan sólo hallé la trapera.
hijos, hacienda y mujer,
pero empecé a padecer,
me echaron a la frontera
¡y qué iba a hallar al volver!
tan sólo hallé la trapera.
En una noche famosa, angustiado por la injusticia y la soledad, Martín Fierro asesina a un moreno (todo por una burla también famosa: "Vaca..yendo gente al baile" que le propina a una moza). Además de desertor, ahora también es asesino.
El gobierno organiza una patrulla comandada por el Sargento Cruz. Tan importante es el hecho, que Borges le escribió una biografía sólo por esa noche, sólo por el momento que se avecina.
En el medio del campo y la oscuridad, Fierro oye el grito de un pájaro. Sabe que están cerca. Apaga la fogata, se enrolla el poncho sobre el antebrazo, prueba el filo del facón sobre la hierba muerta y grita: "Vengan!".
Vos sos un gaucho matrero,
dijo uno, haciéndose el güeno.
Vos mataste un moreno
y otro en una pulpería,
y aquí está la polecía
que viene a ajustar tus cuentas;
te va alzar por las cuarenta
si te resistís hoy día.
dijo uno, haciéndose el güeno.
Vos mataste un moreno
y otro en una pulpería,
y aquí está la polecía
que viene a ajustar tus cuentas;
te va alzar por las cuarenta
si te resistís hoy día.
No me vengan, contesté,
con relación de dijuntos;
ésos son otros asuntos;
vean si me pueden llevar,
que yo no me he de entregar,
aunque vengan todos juntos.
Pero no aguardaron más
y se apiaron en montón;
como a perro cimarrón
me rodiaron entre tantos;
ya me encomendé a los santos,
y eché mano a mi facón.
La pelea en desventaja iba a favor de Fierro y su valentía. Pero eran muchos. Una puñalada en la espalda lo dejó medio tumbado, un milico va con ánimo de rematarlo y en ese momento la escena que justificó una biografía por Borges, el momento que Cruz comprende que, en verdad, el otro era él; que 'prefería ser lobo a perro gregario'. Uno de los grandes momentos de la literatura argentina.
Cruz se une a Fierro bajo el épico grito:
Cruz se une a Fierro bajo el épico grito:
"Cruz no consiente que se cometa el delito de matar así a un valiente"
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