29 de julio de 2010

Albedrío

El avión tenía demora así que estábamos los dos solos, hablando de magia. Ningún lugar para irnos, nada más que hacer.

Como tantas otras veces en el viaje, hablaba de Gabi. "Una de las líneas más maravillosas que le escuché -le dije con mi habitual entusiasmo en estos temas-, esas cosas que uno dice 'ojalá yo tuviera ese momento, esa "closing line" ', es cuando hace su versión de "Las Sirenas y los Centauros" y dice: "Las sirenas sueñan con centauros, los centauros con sirenas y a nosotros...quién nos sueña?. Hermoso, no?"

"Es bien borgeano. De hecho -continué diciéndole esperando que la memoria no me fallara- en un poema, "El Ajedrez", Borges dice:

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?"

El poema describe las piezas del ajedrez, la condición infinita del rito de jugarlo y la idea de la ilusoria libertad (No saben que la mano señalada/del jugador gobierna su destino,/no saben que un rigor adamantino/sujeta su albedrío y su jornada).

Pit Hartling, se acordó entonces de un chiste, de una caricatura de Gary Larson. "Lo conoces?", me dijo



No lo conocía pero después, 'googleando', supe que alguien definía su estilo como "humor paranoico".

"Tienes algo para dibujar?.


"En una caricatura se ve a un par de cazadores en un bosque. Uno de ellos alumbra con su linterna a un sapo y le dice: 'ves?, encandilándolo así, quedan como hipnotizados y, de esa forma, es muy fácil atraparlos. Mientras le dice esto, el segundo personaje está mirando hacia arriba, a una luz que proviene de no se sabe dónde, que los está encandilando a ambos"




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