9 de julio de 2012

René Lavand, la imagen del artista


Uno de los más grandes escritores de todos los tiempos, murió ciego. Uno de los más grandes músicos de todos los tiempos, murió sordo. Uno de los más grandes ilusionistas de todos los tiempos, es manco. 

"Todavía recuerdo la cara de Ed Sullivan y el asombro de quienes nos rodeaban -cuenta René en una entrevista- . Imagínate lo que era para un norteamericano llevar a la tele a un prestidigitador manco. Era como presentar a un bailarín rengo”.

La tragedia, la “ironía” como diría Borges en su “Poema de los Dones”, los vincula claramente, aunque no es así como Lavand asocia su nombre con el de Borges, Beethoven o tantos artistas totalmente legitimados como tal en el imaginario social. 

Es así:

“Si Johann Sebastián Bach con tan solo siete notas pudo crear esta maravillosa melodía, quizás yo, con sólo cuatro cartas, pueda crear una ilusión”.  

O así:

“Yo no sé como el loco Van Gogh le cambiaba los colores a la naturaleza...ustedes no sabrán jamás como cambio de color a mis navajas”.

Incluso negándola, así:

 “No podría yo compararme al genio Dalí, sin caer en pedante y ridículo, pero sí puedo decir que Nora es para mi lo que Gala para él”.

O como cuando en sus shows –y casi como un bloque fijo- bromea con su soberbia (“perdonen que sea inmodesto es que si no lo fuera, sería perfecto”, “mientras yo viva siempre habrá alguien que hable bien de mi”) y se defiende evocando a Picasso y su falta total de modestia contando esa anécdota en la que tras negarse a aceptar el pago, el dueño del restaurant le pide un autógrafo y Picasso le responde: “ofrecí pagarle la cena, no comprarle el Restaurant”. 


-¿Por qué esa compulsión de mezclar citas poéticas, historia de filósofos orientales, relatos de Borges?, le preguntan en una entrevista hace muchos años.

–Es mi Arte. Yo comparo al ilusionismo con la música. La música es el equilibrio armónico de los sonidos y los silencios. Busco un equilibrio entre el movimiento de la baraja y los relatos. Sería un mal ilusionista si mis movimientos salieran sucios y sería irrespetuoso con los poetas si les tapara el texto.

O sea que es un mentiroso” le dice el poeta argentino Jorge Boccanera en otra entrevista. Y René responde.

-Claro, yo miento sin mentir. Miento para crear ilusión. Pero atención: el ilusionismo no es un rompecabezas donde si lo descubro gano yo. El ilusionismo es un arte y la baraja un violín en las manos de Nuregev o las castañuelas de Lola Flores. Un mero instrumento para lograr la comunicación artística y humana. 

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Este es un adelanto de la nota que aparecerá completa en el próximo número de "El Manuscrito". Una reescritura de un viejo "Profonde" donde pretendo entender como es que René ha logrado crear su imagen de artista, a través de su discurso.

4 comentarios:

  1. Como siempre, excelente, Roberto! Si me permites, voy a crear un artículo linkeando tu post en mi sitio (Portaldemagia.net).

    Saludos!

    Javier

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    Respuestas
    1. Hola!
      Por supuesto. Ten en cuenta que es un fragmento.
      Un abrazo y gracias por el interés.

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  2. Solo una cosa: La cita (en tono jocoso) "Perdonen que sea inmodesto es que si no lo fuera, sería perfecto" es original de Arturo de Ascanio y el mismo René Lavand suele acreditarla al maestro español.

    Saludos,



    Pedro Bryce.

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