CON
LA AYUDA DE “El mingitorio” de Duchamp, de las fotografías
de Chema Madoz, de Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Homero
Simpson, Derren Brown, René Lavand, Jim Steinmeyer y, claro, con
conceptos de la Comunicación, trataré de ilustrar y dejar bien en
claro el hecho de que todo lo que hacemos, el contexto donde lo
hacemos, los objetos que utilizamos, aquello que decimos, los gestos
que hacemos y las técnicas que elegimos importan - y mucho- a la
hora de diseñar y llevar a la práctica un efecto mágico.
Veremos
cómo una palabra, un gesto, una elección mal hecha pueden cambiar
por completo el sentido del efecto o, al menos, no estar reforzándolo
tanto como podrían. Estaré diciendo, pues, con cierto
tono académico,
que el ilusionismo es
un hecho comunicacional
y, por lo tanto, un proceso
de producción de sentido
donde todos los elementos discursivos (objetos, contexto, palabras,
etc.) juegan un papel fundamental en la construcción
y el reconocimiento
del sentido. En
términos más prácticos, estaré diciendo que
para el forzaje clásico, por ejemplo, conviene decir “tomar
una carta”
y no “escoger
una carta” ya que -como decía Robert Houdin- “esta
última palabra indica una libertad de acción que es necesario
evitar”.
Estaré además resaltando obviedades (supuestas
obviedades) como que si queremos generar la sensación de que
adivinamos una carta leyendo la mente, no conviene alardear habilidad
practicando florituras, cortes y abanicos. O que por ahí podemos
lograr cosas más interesantes cambiando el elemento utilizado
(fotografías o billetes en lugar de naipes, por ejemplo). O que si
vamos a hablar del tiempo que retrocede quizás no haga falta
utilizar un reloj. Podría ser la hoja seca de un árbol.
Una
hoja seca o un reloj, el forzaje clásico o el corte en cruz, decir
“experimento” o “truco”. De esto trata todo esto. De pensar y
hablar sobre los elementos que construyen el sentido en un efecto de
magia y al hacerlo, de reconocer la gran riqueza expresiva
y la capacidad poética que posee. Y
sobretodo de lo imprescindible que es tomar esas decisiones
discursivas para alcanzar una propia voz.
Un
estilo.
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