“Hay un ‘lenguaje del silencio’ que los dramaturgos utilizan artísticamente y con oficio en su trabajo. Más allá del diálogo hablado por los personajes en el que desarrollan un contenido, hay elipsis, pausas y puros silencios. Como dijo una escritora, está “el mudo silencio de la apatía, el sobrio silencio de la solemnidad, el fértil silencio de la atención, el activo silencio de la percepción, el desconcertante silencio de la confusión, el incómodo silencio del impasse, el amordazado silencio de la injuria, el expectante silencio de la espera, el reprochable silencio de la censura, el tácito silencio de la aprobación, el vituperante silencio de la acusación, el elocuente silencio del respeto, el cobarde silencio de la amenaza, el pacífico silencio de la comunión y el irrevocable silencio de la muerte”.
Extraído de “El Sonido del Silencio”, Jon Rachembauer(Genii Mayo,2005).
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